jueves, 13 de junio de 2013

Dubrovnik

Dubrovnik es una bella ciudad costera de Croacia, conocida como la “Perla del Adriático” por su gran riqueza artística e histórica, lo cual hizo que se declarará Patrimonio de la Humanidad.

La actual Dubrovnik es una ciudad rodeada de murallas y fortificaciones, al pie de la montaña de San Sergio, sobre las aguas del Mediterráneo.


Dubrovnik

Nada más llegar nos dirigimos a nuestro hotel, el Dubrovnik Palace para ducharnos y arreglarnos para dar una vuelta por el casco antiguo de la ciudad.

Al entrar al hotel hay una enorme cristalera desde donde se divisa el mar turquesa, ¡alucinante! y eso que ya no había luz natural.

Cuando llegamos al casco histórico sentimos que el tiempo se detenía, es como trasladarse a un mundo de ensueño, un cuento escrito cientos de años atrás. Entramos a través de una gran puerta de la muralla (que consta de 16 torres) y en el interior, todo de piedra, se iluminaban las distintas joyas arquitectónicas. 




Arte, cultura e historia se funden en esta preciosa ciudad, pequeña y accesible para el viajero, que va a disfrutar de grandes sensaciones al pasear por las calles del antiguo barrio de Stari Grad (así es como se llama el casco antiguo). 

Sus pavimentos son de mármol y sus calles empedradas son estrechas con múltiples recovecos que nos encaminan a majestuosas iglesias, palacios, fuentes y museos.

Además todo el casco antiguo es peatonal por lo que proporciona mas realidad al cuento en el que nos adentramos.

La ciudad actual es el resultado de la evolución de Ragusa, pueblo griego que fue creciendo y de Dubrava, otro pueblo cuyo nombre traducido significa "robledal" y que se asentaba en una colina cercana.

Debido al crecimiento de ambos pueblos y a la amenaza árabe, ambos se fundieron creando una pequeña ciudad y la fortificaron para mejorar su defensa.Conservó el nombre de Ragusa hasta que en 1909 tomó el nombre de Dubrovnik.

La ciudad prosperó rápidamente debido a su vocación comercial. Ciudad dominada por los bizantinos, venecianos, húngaros y turcos. El 6 de diciembre de 1991, cayeron mas de 2000 bombas en la guerra contra serbia, por ello la mayoría de sus edificios son nuevos. 


Dimos una vuelta y tras hacer unas fotos de rigor, cenamos en una agradable terraza en una plazita, donde pudimos comer pescado fresco. Está lleno de terrazas con música en vivo por lo que el ambiente es magnífico para una noche de verano. 

Al día siguiente volvimos para verlo todo a la luz del día y nos despedimos de esta ciudad de encuento.




Paramos a comer en Budva, capital del turismo montenegrino, de estilo veneciano, y al igual que Dubrovnik y Kotor, amurallada.

Las puertas, marcos, ventanas, balcones y otros detalles parecen de estilo romano y además hay tres iglesias: la más antigua es San Iván, construida en el siglo VII, Santa María de Punta en el año 840 y la Santísima Trinidad terminada en 1804. 

Se cree que originalmente Budva era una isla, que luego se unió a la costa mediante una lengua de arena.

Comimos en un chiringuito de playa con unas magníficas vistas al mar y seguimos con nuestra vuelta.

Vista de Budva


A la ida bordeamos todo el fiordo que es de una belleza considerable, altas montañas cuyas laderas se deslizan hasta morir a la misma orilla y que parecen abrazar este trozo de mar Adriático que se ha introducido en al tierra. Un mar plácido, tranquilo de cristalinas aguas azuladas y de verde esmeralda.

En nuestro camino de vuelta decidimos coger el ferry que nos trasladó de Kamerani a Lepetane, justo al otro lado del mismo.



Y después de unas horas...llegamos a nuestro destino inicial y final: Tirana

Viaje relámpago pero totalmente recomendable, y con buen tiempo tiene que ser espectacular.

¡No dejéis de visitar Croacia! ¡Os encantará!

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