viernes, 11 de enero de 2013

Fin de Año en Estambul

Y por fin ví realizado uno de mis sueños...Estambul, uno de los destinos que más ilusión me hacía ir ultimamente.....así que os voy a describir mi último viaje con mis amigas Elena y Marta en 3 días (porque el día de ida y el de vuelta no nos dió tiempo de hacer nada especial).

Vistas de Estambul de noche
El primer día (29 de diciembre) llegamos muy tarde, y al bajar del avión (Turkish Airlines -por cierto muy buena compañía) nos encontramos con un viento que nada tenía que envidiar a nuestro cierzo maño, niebla y mucho frío....

Nada mas recuperar nuestras maletas nos tocó hacer cola para  pagar el visado (15€ para los europeos),y  cambiamos euros a liras turcas (aproximadamente 1euro a 2,37 liras turcas) allí mismo, ya que nos habían avisado que era el mejor sitio para cambiar, aunque más o menos no hay diferencia con las oficinas  de cambio en Estambul ciudad.


Cogimos un taxi (son todos Fiat de color amarillo) (preguntando previamente el precio -porque si no no ponen el taximetro y te cobran el doble si pueden) y nos dirigimos rumbo a Nisantasi, barrio moderno mas europaizado de la ciudad, parece que estés en el barrio Salamanca de Madrid,  ya que está lleno de tiendas de marcas internacionales de lujo. En Nisantasi se encuentran algunos de los mejores restaurantes y cafés de la ciudad y el ambiente es de clase alta (nada que ver con la zona vieja de Estambul).

El trayecto en el taxi fue de película de James Bond escapando del tiroteador....¡que miedo...! Ya de camino al hotel pudimos ver que Estambul es una ciudad de contrastes y que está repleta de mezquitas.
Llegamos a nuestro hotel, un hotel de 4 estrellas que habíamos reservado en booking, que nada tenía que ver con las fotos que habíamos visto, y tuvimos algún imprevisto, eso sí, la localización estupenda...

.. y a dormir para levantarnos pronto y visitar ¡Estambul!.

Al día siguiente (30 de diciembre),  anduvimos hasta la Plaza de Taksim (unos 15 minutos andando). Esta plaza es el punto de encuentro y el corazón de la ciudad y está llena de gente y actividad. Hubo un cementerio hasta finales del siglo XIX y en medio había un cuartel en el que se encontraba el mejor campo de fútbol de su tiempo, aunque actualmente se alza el monumento a la Independecia, realizado por el artista italiano Canonica en 1928.

En Taksim , como siempre que viajo a una ciudad que no conozco, cogimos el autobús turístico (precio: 20 €). Es la mejor forma de hacerte una idea general de una ciudad. Al llegar a Sultanahmet, que es la zona donde hay una mayor concentración de monumentos y sitios de interés nos bajamos para dar una vuelta por La basílica de Santa Sofía (ahora museo), la mezquita Azul, el Palacio de Topkapi y la Cisterna de Yerebatan.  Las colas eran inmensas, así que decidimos dar un paseo y tomarnos un té con algunos dulces turcos (para mí demasiados turcos, aunque Elena y Marta quedaron fascinadas).


Las 3 con la Mezquita Azul de fondo

Volvimos a coger el bus turístico (tened cuidado con la hora porque el tour terminaba a las 17:45 y a las 17 ya no nos querían llevar...) para ver lo que nos quedaba, bajamos en Taksim y al hotel a arreglarnos para cenar en uno de los sitios de moda, Vogue, un restaurante en la última planta de un edificio en lo alto de la colina (en Estambul hay grandes cuestas), con unas vistas increíbles del Bósforo.  La decoración muy cuidada y a la última con piezas de renombrados diseñadores internacionales. En la carta puedes encontrar comida internacional y japonesa, y nosotras nos decantamos por esta última, comida de calidad. Los precios son altos pero la experiencia vale la pena. Con buen tiempo tiene que ser un placer tomarse una copita en la terraza ya que esas vistas son de lo mejor que he visto..



Marta (izquierda), Elena (centro) y yo en la terraza de Vogue

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Y después, tras intentar tomarnos una copa en la terraza de nuestro hotel vecino (nos la habían recomendado), The Sofa Hotel Istambul, un hotel de 5 estrellas de lujo con una bonita decoración (hotel al que intentamos cambiarnos pero los precios habían subido desorbitadamente por estar a final de año), que fue misión imposible porque ya estaban cerrando nos fuimos a dormir para retomar fuerzas para nuestra Noche Vieja turca.


¡Mañana sigo con nuestro segundo día!

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